La Fundación Cristo Joven ha tenido como base una espiritualidad que “hunde sus raíces” y “bebe de las fuentes” de la vida y testimonio de grandes santos como son: San Alberto Magno, San Oscar Romero y Santa Cecilia. De estos tres santos importantes de nuestra Iglesia, se tomaron sus nombres para que las instalaciones como la Aldea Juvenil, el Barrio Universitario y el Colegio Artístico los tuvieran como fuente de inspiración y santos patronos. Pero, ¿quiénes fueron estas grandes personas y por qué son tan importantes para la fundación?
Oscar Romero
El reconocido Monseñor Salvadoreño que nació en 1917 fue un fiel predicador en defensa de los derechos humanos reconociendo en el que sufre al rostro de Cristo. En 1980 fue asesinado durante una Eucaristía que se celebraba en la capilla del Hospital Divina Providencia en San Salvador, hasta la actualidad aún no se condenan a los culpables.
Póstumo a su fallecimiento, en 2015 fue beatificado por la Iglesia Católica, siendo más tarde, en el año 2018 canonizado por el papa Francisco en Roma.
“Oscar Romero fue un hombre que luchó por la justicia en la sociedad y ese es el enfoque que también tienen los estudiantes, quienes están descubriendo su propia vida, conociendo lo que está pasando en el mundo, viendo la justicia e injusticias, buscan luchar por el bien. Generalmente los jóvenes son idealistas que buscan esa sociedad mejor al igual que Romero”, enfatizó el Padre Pedro Kliegel, fundador de la Fundación Cristo Joven.
Santa Cecilia
Fue una miembro de la alta sociedad romana en los años 200 aproximadamente que se convirtió al cristianismo, pero no fue hasta 1584 cuando fue proclamada santa por el papa Gregorio XIII. Poco después, Sixto V fundó la Academia de Santa Cecilia de Roma, la cual era una congregación de músicos, ya que ella mostraba un gran interés por los acordes melodiosos de los instrumentos, convirtiéndose en un nombre símbolo de la música, llegando a ser la Patrona de quienes viven de este arte.
Es por ello que, el Colegio Artístico lleva el nombre de Santa Cecilia, pues según los relatos, ella probablemente tocaba la lira, la cítara o algún tipo de arpa que utilizaban las damas de la sociedad. “No se sabe exactamente mucha historia sobre ella, se le pone en las pinturas con un órgano, pero en aquel entonces no existía este instrumento, hay una gran duda al respecto, pero al ser la patrona de la música representaba el proyecto que queríamos para el colegio”, dijo el Padre Pedro.
Alberto Magno
El científico y teólogo que nació en el siglo XII ha sido reconocido como Patrono de los científicos por su contribución en esta área en aquellos años. Además, fue un gran educador de la juventud, sin dejar a un lado su rol como Obispo de la Iglesia Católica, llegando incluso a llevar a compatibilizar las ciencias con la Iglesia. Es de esta manera, como en 1931 fue canonizado por el papa Pio XI.
La Aldea Juvenil en Osorno lleva su nombre, el cual fue elegido por el Monseñor Francisco Valdés. “Era un hombre europeo y universal por eso se llamaba Magno, fiel defensor de otros teólogos acusados de herejes en Roma, luchó por la ciencia sincera en cuanto a pensamiento, descubrimiento y ciencia natural. Un científico universal como él hay muy pocos en el mundo, pues fue muy moderno en ese entonces, además enfatizó que la ciencia de la fe no está en contra de la ciencia del mundo”, comentó el fundador.